Regrets
collect like old friends
Here
to relive your darkest moments
I can
see no way, I can see no way
And
all of the ghouls come out to play
And
every demon wants his pound of flesh
But I
like to keep some things to myself
I
like to keep my issues drawn
It's
always darkest before the dawn
No todo iba a ser divertido,
¿verdad? No todo iba a ser jiji, jaja. No todos los días iban a brillar con la
misma luz, no todos los amigos se quedarían, no todas las promesas habrían de
persistir.
Digamos
que un día, por ejemplo, te despiertas y al poco te llaman por teléfono para
decirte que ha muerto alguien querido, un familiar, digamos que tu tío. Sientes
que no es tu destino Erasmus el lugar donde deberías estar, que tal vez tu
familia agradecería que estuvieras con ellos. No puedes hacer nada salvo pensar
en los momentos con esa persona, en lo que le dirías, en lo que no, en lo que
habéis vivido juntos. Piensas en tu familia, tratas de superar la pérdida a
miles de kilómetros de distancia, a horas de vuelo, a mucho dinero que os
separa. Te encierras en tu habitación, no dices nada. Te preguntan si te vienes
a esta fiesta esta noche y dices que irás más tarde, porque ese día y no otro
tienes la conversación más importante de tu erasmus.
Hace
dos días te llegó la carta de la chica a la que quieres llena de dudas, de
preguntas, de confesiones incómodas. De incertidumbre. Qué mal, joder, si
pudiera estar en casa, si estuviera en España, si fuera impulsivo y viajara de
cualquier modo, sin planteármelo sin más, comprando el billete y presentándome
ahí. Pero ese día sólo quieres llorar, y pones el Skype y tampoco dices que se
ha muerto tu tío, porque sólo importáis tú y ella. Y habláis, y dices mil
frases que con el tiempo olerán bajo la piel como el hueso podrido en la
tierra. Dices ojalá, y dices eres tú, y dices soy yo, y somos, y tequiero, por
qué no decirlo, y dices confío en ti, y dices ya queda menos, y seamos fuertes.
No sabes si las palabras llegan con fuerza a través de Internet, ese fantasma
tecnológico que se ha convertido en tu más fiel aliado, porque las palabras no
salen con fuerza de tu boca por culpa del nudo de alambre en que se ha
convertido tu esófago, y hablas y habláis, y escuchas y el ruido es sordo.
Al
fin, cuando sales a la calle, cuando te excusas porque tienes que salir, coges
la cazadora y caminas solo por la calle. Caminas solo. Llueve, y das gracias a
que Gales sea lluviosa, porque de otro modo las lágrimas serían demasiado
evidentes, porque el agua barre tu cara, porque para cuando llegues a la
fiesta, se habrá pasado la congestión. Puede que bebas sin más, trates de
olvidar, sonrías, bailes detrás de una cerveza, hagas fotos, trates de que los
demás se diviertan, porque sería egoísta pretender arrastrar a los demás contigo,
a tu drama. Te acabas la cerveza, te haces a un lado y piensas, y sientes que
estás solo. Habrá cincuenta, sesenta personas a tu alrededor, pero es como si
estuvieras solo. Joder, qué mal, piensas. Joder, qué mal, bebes.
A
las cinco, seis, te recoges y nada más llegar abres el portátil en la cama. No
hay rastro de nadie, ni un email, ni una conversación a deshoras. Tu nuevo
mejor amigo se conecta en su cama a dos calles de ti. Le hablas por el chat de
Facebook: "Hoy se ha muerto mi tío", escribes. Te sientes agradecido.
Después de todo, no estás tan solo. Duermes.
Como ese día, puede que haya
muchos. Días en los que, a pesar de la gente, sólo te apetezca estar solo, en
los que te hartes del frío, del idioma, de no estar en casa.
Esos
días te escudarás tras la ventana a escuchar música triste, canción de autor y
rock melancólico. Algunos días optarás por no salir de casa, quedarte metido en
la cama lejos del ruido de la gente y del ritmo del mundo. Tal vez te llegue
una carta importante, una de esas escritas a mano donde las cosas hieren más
que afirman. No desistas, la vida no era fácil. Lo estás aprendiendo. Habrá
cientos de días en tu vida en los que te cansarás de estar en ti, de ser lo que
eres, de hacer lo que has decidido.
Pero
esos serán los menos. Es, como digo, un día en toda una estancia el que queda
grabado. Más abajo, entre las tripas y el corazón, estarán los nombres de tus
amigos, los viajes, las anécdotas. Amarás tanto haber estado triste para
valorar la felicidad...
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