1. Cualquier cosa con queso sabe
mucho mejor. Eso es así.
2. La verdura de supermercado es
el mal. Vete a cualquier comercio local o una frutería pequeña donde la fruta y
hortalizas vengan de una huerta real, no de una cámara frigorífica.
3. Especias. Son la diferencia
entre alimentarse y comer. Procura tener siempre romero, tomillo, perejil, nuez
moscada, curry... experimenta, juégatela. De nada.
4. Si puedes asarlo, no lo frías.
Si lo fríes, usa aceite de oliva de Jaén.
5. No, no todo sabe a pollo.
Aprende a distinguir el cerdo de la ternera y el conejo del pollo. Atrévete con
el pescado de vez en cuando.
6. Olvídate del pan de molde para
acompañar tu comida. Crece y levántate a por una barra de pan todas las
mañanas.
7. Nunca pondrás la cantidad
correcta de sal. Asúmelo. Peca por defecto, no por exceso.
8. El Sandevid no es la bebida
idónea para acompañar el pescado en salsa verde. Tampoco para la pasta o la
carne. De hecho, no sirve para acompañar
nada.
9. La cebolla, cuando se cocina,
aporta dulzura y suavidad al plato. No, la cebolla no pica y mejora cualquier salsa
en un ochenta y siete por ciento de los casos.
10. Si se te pasa el arroz,
llámalo risotto.
11. La tortilla de patatas, con
cebolla y leche para que esté más suave.
12. El tomate frito de bote de
toda la vida se consigue poniéndole un poco de azúcar al tomate triturado en la
sartén. Con todo, ponle la sal necesaria.
13. El azúcar no anula a la sal.
14. Para salsas, mejor leche de
coco que nata (por eso de la cantidad de grasa en sangre).
15. Freír un huevo NO es fácil.
No hay comentarios:
Publicar un comentario