Dicen que cuando eres Erasmus, lo eres de por vida. Que el espíritu viajero te invade, que fue el mejor año de tu vida. Que te casarás con tu novia erasmus, que volverás a tu ciudad y que lo pasarás muy muy mal recordando todos los pequeños momentos que conformaron ese año. Espero que este blog te sirva de alguna ayuda. Mi erasmus fue ASÍ

domingo, 11 de noviembre de 2012

El último empujón


Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Jaime Gil de Biedma

Tu prima la de Murcia estuvo un año en Atenas, insiste en que te vayas. El vecino del quinto, ése que siempre saludaba, estuvo sus dos buenos años en Ratisbona, Alemania. Hasta la muchacha con la que tus padres se empeñaron en que aprendieras inglés estuvo su año Erasmus en Sheffield, aunque conserve acento de Matalascañas. Con todo, aún no te decides: ¿irme a otro país, con el hambre que pasó la hija de la prima segunda de mi madre cuando se fue con una familia a Rennes? Ni pensarlo. ¿Con la lluvia y el frío? ¿Con lo caro que es todo? ¿Con el pánico que le tengo a viajar? ¿Con lo que yo quiero a mi novia?
            Tengo entendido que a mucha gente le asalta la duda incluso después de haber solicitado un traslado, incluso después de concedérselo, incluso después de viajar al país en cuestión. Gente que, una vez en la habitación de su casa croata, se viene abajo. Es por ello que escribo este libro, para animar al indeciso, para describir las maravillas de la vida en otra tierra, para hacerte dar el paso, te propongo que veas algunas películas, que leas algún libro inspirador. Si después de esta sesión sigues sin ganas de irte, tengo una mala noticia: estás muerto por dentro.

Antes del amanecer (Richard Linklater, 1995)
Coges un tren en un extremo de Europa y en medio del trayecto ves que la única otra persona joven es una chica con la que empiezas a hablar. Habláis y joder, te cae muy bien, demasiado bien, me cago en la puta qué bien me cae, no jodas, si habré conocido a mi media naranja. Le dices: "Me bajo en Viena. Te propongo una cosa: baja conmigo y pasemos la noche juntos por toda la ciudad. Mañana, en cuanto amanezca, nos decimos adiós, y punto. Ambos ganamos una noche inolvidable". ¡Y acepta! Acepta. Os pasáis toda la noche por la ciudad dando tumbos, comiendo, bebiendo, hablando con extraños, visitando tiendas y bares a los que nunca volverás. Hablarás de tu pasado, de tus miedos, de tu incertidumbre. Aprenderás a escuchar. No querrás que pasen las horas, no querrás que vuelva el sol. ¿Te habrás enamorado?
Los viajes en tren es lo que tienen...
Si te toca la patata, échale un vistazo a la secuela, Antes del atardecer.

Hacia rutas salvajes (Sean Penn, 2007)
Un niño bien termina la carrera y está harto de todo, de ser un niño bien, de un coche que no necesita, de su cuenta corriente llena de ceros, de su novia, de sus amigos aletargados, de un sistema que envilece al hombre y duerme la jovialidad. De pronto, se rebela. Tras la graduación, tras lanzar su gorro al aire y discutir con unos padres que no comprenden su inconformismo, desaparece. Se va de casa por voluntad propia sin nada más que una mochila a recorrer todo el país, a vivir la vida, a internarse en la naturaleza, hacia rutas salvajes. En su camino conocerá personas que le cambiarán la vida, a unos que le comprenden y otros que no, a unos que le admiran y otros que piensan que se ha vuelto loco, a personas de todo tipo que le harán comprender que sí, tenía razón, era hora de lanzarse con las tripas por delante a descubrir lo que la vida cómoda le había ocultado por tanto tiempo.

Novela: En el camino (Jack Kerouak, 1951)
Con la aparición de Dean Moriarty comenzó la parte de mi vida que podría llamarse mi vida en la carretera...
Así comienza este viaje a las raíces de la América que nos gusta, la América de la ruta 66, la del jazz, los beats, los hipsters y la verdad. Jóvenes escritores puestos de todo, tres viajes, mujeres bonitas, musos, musas, realidad, ficción, reinventar un país, reinventar la juventud, la vida, el amor , el viaje. En el camino es el origen de demasiadas cosas, demasiadas obras de arte e inspiraciones, el punto de unión de cientos de artistas a lo largo de la historia, la que debería ser la obra definitiva de la tradición estadounidense, la que enseña al mundo que sólo la juventud y los kilómetros son el combinado perfecto para alcanzar la sabiduría. Quien se aventure en este viaje aprenderá demasiado, vivirá demasiado, puede que nunca pueda salir de una espiral que es demasiado.

Soñadores (Bernardo Bertolucci, 2003)
París, mayo del 68. Un estudiante estadounidense asiduo a la filmoteca se encuentra un día en medio de la revuelta popular hasta que dos hermanos franceses lo salvan del caos y lo lanzan a la vida. Ella, una diosa; él, un adonis. El extraño en casa de los dos burgueses en un juego de extrañeza, de enfermedad donde realidad y ficción, vida y cine, sexo y amor cambian de cara constantemente. El juego macabro que emprenden los tres tiene tintes mortales, suicidio, incesto, revolución, lucha, juventud que rebosa por los cuatro costados. Atravesar el Louvre en una carrera loca, ocultar secretos a los padres, redescubrir en qué te has convertido rodeado de extraños en una ciudad que no, no es la tuya. Asumir que la vida era esto, errar y aprender, y volver a errar, y volver a aprender para volver a errar.

Una casa de locos (Cédric Kaplisch, 2002)
¿Qué os creíais, que una beca con la tradición de la Erasmus no iba a tener su propia película? Xavier es francés, pero no le importa ser o no francés, él lo que quiere es escribir. Para aclararse y dar un giro a su formación, se va a Barcelona con el programa Erasmus. Deja a su novia Martine en Francia, antepone su vida al amor, o eso cree... Un francés, un alemán, una inglesa, una belga, un danés, una española y un italiano. No, no es un chiste. En este piso vive Xavier en plena Ciudad Condal y tendrá que aprenderlo todo de nuevo: a mantener el amor en la distancia, a evitar la tentación, a convivir con gente tan extraña, a una situación de diferencia lingüística ora español, ora catalán. A vivir la vida como un Erasmus, a maldecir a los profesores en otro idioma, a aguantar las fiestas a otro ritmo. A vivir, que no es poco. Si te gusta, hay una secuela llamada Las muñecas rusas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario